Desde el impúdico sueño
que satisface mi ánima hedonista
con los deseos lascivos del propósito,
gritó en el silencio de mi presente
recorriendo reminiscencias perdidas
que se consumen en un pretérito
cuajado de sombras imperecederas.
Abrazo mis formas, algo raídas,
con la cadenciosa danza
de vestigios sazonados de venturas.
La tormenta cubrió el azul de mi cielo
con las nubes grises y sus lluvias
que acabaron apagando mi estrella.

con los deseos lascivos del propósito,
gritó en el silencio de mi presente
recorriendo reminiscencias perdidas
que se consumen en un pretérito
cuajado de sombras imperecederas.
Abrazo mis formas, algo raídas,
con la cadenciosa danza
de vestigios sazonados de venturas.
La tormenta cubrió el azul de mi cielo
con las nubes grises y sus lluvias
que acabaron apagando mi estrella.

Y entre aquellos soles y estos truenos,
los vericuetos que forma el tiempo
con el camino de la luz a la penumbra,
me llevan a decir, con voz serena,
que la felicidad, cuando es breve,
no es sino la puerta de la nostalgia.
los vericuetos que forma el tiempo
con el camino de la luz a la penumbra,
me llevan a decir, con voz serena,
que la felicidad, cuando es breve,
no es sino la puerta de la nostalgia.