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viernes, 14 de febrero de 2020

Desconocida

 



A ti, desconocida…

La que tienes que apartar de mi la soledad,

saciarme de caricias y de besos sempiternos,

abrazarme hasta que el aire me falte,

la que ha de caminar cogida de mi mano con paso sosegado

fijando tus miradas en las mías,

iluminar mi cielo posado en plena noche

desde hace tantas lunas sin sol,

la que ha de levantar las comisuras de mi boca

para trazar una sonrisa placentera

y que tus palabras suenen a cantos de esperanza y regodeo,

la que sueñe con utopías alcanzables

y me acompañe en el viaje al infinito,

la que con tu loca cordura me lleves al equilibrio

y me empujes hacia el abismo del deleite,

la que me hagas el amor en el alma

y la recubras con el éxtasis carnal…



La que no sientas ya más la solitud a mi vera,

que goces con mis dedos y labios rozando tu piel de forma imperecedera,

que vibres al estrechar con efusión nuestras figuras,

la que sigas mis pasos entre pupilas complacidas

y me permitas ser tu sol de medianoche,

la que no ceses de reír cuando mi voz invente historias y canciones,

la que me ayudes a tripular mis quimeras de certezas imposibles entre las estrellas,

la que te unas con armonía a mis delirios sensatos

y que te dejes arrojar desde las alturas hacia la plena satisfacción,

la que alcances el culmen del placer sexual junto a mi cuerpo

y me consientas enamorar a tu ánima…



La que ignoro cuál el color de tus ojos,

si tus cabellos son cortos o en forma de melena,

claros u oscuros,

lacios o rizados,

si tu rostro tiene el tono de la nieve, la arena o el ébano,

la que desconozco cómo son tus formas,

tu apariencia,

la que no sé de dónde vienes…

la que jamás me has dicho tu nombre.



La que aguardo con ansia,

la que la causalidad, que no la casualidad,

te hará leer esta misiva y te llevará junto a mí…



¡No tardes, desconocida,

porque aunque ni tú ni yo todavía lo sepamos…

ya nos amamos!