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sábado, 26 de mayo de 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

El alma de la luna

Rielando en el mar la luna se alza
cual si fuera a volar hasta la nada,
sus suspiros son lágrimas del alma
que argentadas discurren en la calma.

El corazón se turba entre la noche

de lacerosos ojos, con reproche
de miradas celestes, que no encuentran
el fulgor encendido de su estrella.

Amantes eran en el firmamento,

exhibían su pasión en los cielos,
ahora, sola ya queda la luna,
¡nada le importa que su alma sufra!