Etiquetas

martes, 16 de febrero de 2021

Anoche


Anoche cuando dormía, soñé, maldita ilusión, que era 15 de marzo de 2020 y los pasos de toda la gente iniciaban una andadura a través de una densa niebla, un incierto camino del que desconocían su longitud. Marchaban con tristeza, con mucho miedo, pero con fe para buscar la luz de un sol que, de repente, se había ocultado. Durante un tiempo caminaron, sin apenas ver nada, sobre un sendero que dibujaba una curva continua, y entre aquella espesor muchos acabaron perdidos y desaparecieron. Llegó el calor, y con ello la niebla ya no era tan cerrada, incluso parecía llegar un resplandor, que todo volvía a ser como antes, aunque solo fue una ilusión. Después, con los primeros fríos hubo más niebla y luego todavía más, parecía incluso tan espesa como al principio, y volvieron las desapariciones.
Pero en mi propia pesadilla fui capaz de reflexionar e imaginar que aquella niebla era, tal vez, la misma que al principio, que habían andado sobre una senda en forma de círculo, y que otro 15 de marzo, ya cercano, llegarían de nuevo al punto de partida e iniciarían una segunda vuelta igual a la anterior, a no ser que siguieran los consejos de los expertos y que tomasen un elixir mágico que les hacía ver entre la niebla, un nuevo bálsamo de Fierabrás del que decían que había en abundancia pero que eran pocos los que lo habían bebido .
Seguía atrapado en la pesadilla pero, en mis delirios, llegué a preguntarme aterrado si tal vez aquello fuera la propia realidad y no un sueño, y lo que decía el poema, bendita ilusión, que una ardiente luz lucía dentro de mi corazón... solo sucedía cuando, de verdad, dormía.